Momento de preparación
Vas a entrar en diálogo con el Señor. Prepárate. Tienes que dejar a un lado tus ocupaciones y preocupaciones, tus planes y tus proyectos. Lo importante en este momento es disponerte a escuchar la Palabra, el mensaje liberador que el Padre te va a indicar por Jesús, la Palabra permanente de Dios, que el Espíritu te ayudará a entender.
- Esto te es más necesario.
- Orar es: experimentar que el Señor desea conducirte hacia una entrega total a su mensaje y a su proyecto de vida para ti.
- Orar es: experimentar que el Padre quiere llevarte hacia un abandono total en Él por amor.
- Orar es: convertir esos gestos de amor en vida plena, que gozas al experimentarla.
- Invoca al Espíritu, que es la inspiración del Padre y de Jesús para ti. Dí suavemente la oración:
Ven Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos
el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
Que renueve la faz de la Tierra.
Oración:
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus
fieles con la luz del Espíritu Santo;
concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu,
sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Escuchamos la Palabra de Dios: Mt 18, 15-17
Si pecare tu hermano contra ti, ve y repréndele a solas. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma contigo a uno o dos, para que por la palabra de dos o tres testigos sea fallado todo el negocio. Si los desoyere, comunícalo a la Iglesia, y si a la Iglesia desoye, sea para ti como gentil o publicano. Palabra del Señor.
(puedes leerla una o dos veces)
Abrimos el corazón y nos preguntamos: ¿Qué dice el Señor en este texto?
(intento ver qué dice el Señor, es el primero que habla).
En la Sagrada Escritura Dios se vale de hombres que con caridad y fortaleza advierten y corrigen a otros (por ej. Natán al Rey David). Les hacen caer en la cuenta de su error. Es lo que se llama la corrección fraterna.
El Señor así lo indica en este pasaje. No quiere que el discípulo viva en su error o pecado. Pero primero ha de ser a solas, cuidando su intimidad y la fama de la persona, porque aprecia y respeta su dignidad.
Es fraterna porque se considera al prójimo como hermano, alguien que Dios puso en su vida y del que se siente corresponsable, evitando la expresión: Qué tengo que ver con mi hermano? De Caín.
También en la corrección fraterna tiene actividad la comunidad eclesial. El pecado de uno es también responsabilidad de todos y la comunidad debe estar atenta para denunciar y corregir a quien participa con ellos.
En todo se respeta siempre la libertad de la persona, cada uno responde de su acción.
(se pueden hacer aportaciones personales en la reflexión comunitaria)
¿Qué me dice el Señor en esta Palabra?
(Veo la aplicación de la Palabra a mi vida)
Ahora yo reviso mi vida y veo que quien está a mi lado es el hermano que Dios puso para que pueda yo ayudarlo (Prov 18, 19).
Es mi hermano a quien amo, a quien trato con la caridad cristiana que predico.
Para corregirlo, además de la caridad, necesito la oración, para que el Espíritu Santo me ayude a decir las palabras oportunas con la humildad adecuada y buscar el momento mejor de modo prudente para que haya una respuesta de su parte. Lo que busco es su conversión, debo evitar cualquier otra motivación.
No debe crearse tampoco una actitud de chisme o de estarse metiendo en la vida de todos, buscando siempre los errores de los demás.
Finalmente, necesito estar dispuesto a recibir también yo mismo la corrección de mis hermanos. Así es como formamos la verdadera comunidad eclesial movida por el Espíritu Santo, pidiéndole me dé la gracia de ser siempre comprensivo con todos.
Oración: ¿Qué le respondo yo al Señor desde su Palabra?
(hacemos una oración motivados por la Palabra escuchada)
Por ejemplo:
Señor Jesús, te doy gracias porque me llamaste a formar parte de tu Iglesia santa, que está formada también por quienes somos pecadores. Me reconozco así, necesitado de tu perdón y tu misericordia. Ayúdame a caminar con mis hermanos en el camino a la santidad, donde todos nos ayudemos en la conversión de corazón. Ayúdame a corregir y ser corregido por mis hermanos, por quienes te pido que los bendigas y ayudes.
Compromiso: Esta Palabra me mueve a una acción de conversión.
(Ahora podemos hacer un compromiso personal o comunitario. No podemos terminar sin esta acción).