En el Seminario del Sagrado Corazón y Nuestra Señora del Rosario, en Olías del Rey, Toledo, España; hemos disfrutado de unas estupendas celebraciones en honor de Nuestro Señor, el Rey de Reyes y Señor de Señores. El miércoles 16 y jueves 17 era impartido el retiro de mes en el seminario por el Director Espiritual, Pbro. Roberto Aveja Cortés, a modo de preparación a la solemnidad. El viernes 18 de Noviembre, con regocijo y entusiasmo veíamos descolgar de la capilla del Seminario la Imagen del Crucificado que era transladada al presbiterio de la Iglesia parroquial de San Pedro. Al caer la tarde y finalizada la celebración eucarística presidida por el Señor Cura Párroco y Secretario Regional, Pbro. Juan Carlos Bustos Manceba, seis antorchas llevadas por los seminaristas iluminaban la bendita imagen del Señor que, cargada sobre los hombros de nuestros amigos, se disponía a cruzar la plaza y la callejuela del pueblo indicándonos que aunque se cerrasen las puertas jubilares del Año de la Misericordia bien abiertas quedan las puertas de su Sacratísimo Corazón. Ya el sábado 19, como viene siendo tradicional tenía lugar la vigilia en el Seminario. A las diez de la noche, era entronizada la imagen del Sagrado Corazón venerada en el seminario. Los cantos de alabanzas a Cristo Rey dieron lugar a los cantos eucarísticos y se expuso en adoración el Santísimo Sacramento del Altar en un solemne monumento preparado para la ocasión.
Al culminar el acto comunitario de adoración eucarística comenzaban los turnos de vela ante el Santísimo, durante la madrugada. El domingo 20, a las ocho de la mañana y habiendo rezado el ofrecimiento de obras tuvo lugar la oración de Laudes Solemnes. La Santa Misa fue celebrada por el Rector del Seminario, Pbro. Francisco Coronado Dominguez, a las doce del mediodía en el templo parroquial con una buena participación de fieles. A las dos de la tarde reunidos nuevamente en la capilla del Seminario y durante el rezo de la Hora Intermedia, asistíamos a la imposición de sotanas de cuatro seminaristas de primer curso. Ely Yecid Lesmes Cruz, Wrallan José Caballero Parra, Oscar Iván Contreras Gamboa y Diego Felipe Bermeo Gasca, naturales de Colombia, los cuales daban así uno de los primeros pasos en la formación vocacional.
Entrañable y familiar fue la convivencia organizada en la comida donde nos reuníamos varios sacerdotes CORC, algunos sacerdotes diocesanos, seminaristas, los operarios seglares, miembros de los grupos de pastoral de la parroquia de la Catequesis, del Coro, además de la asistencia de los amigos del pueblo vecino de Magán en el que colaboramos visitando enfermos.
Por la tarde, los Operarios Seglares realizaban su renovación en la Oración de Vísperas, veteranos como nuestra casa, mayores y prudentes pero con el testimonio de una vida dedicada a estar con nosotros brindándonos sus oraciones y una distinguida colaboración.
Ya al culminar el día, en la celebración eucarística vespertina el Neopresbítero Antonio Cantorán Torres, celebraba su primera misa solemne en Olías del Rey. Una celebración eucarística que estuvo concelebrada a su vez por el Director Regional para España, Pbro. Antonio Abos Ara; el Rector del Seminario y el Director Espiritual del Seminario (anteriormente mencionados); El Pbro. Jaime Mejía y el Pbro. Raúl Pérez Pineda.
Estos días las diferentes celebraciones nos han dejado unas enseñanzas que nos han ido enriqueciendo bastante. Un mensaje que iniciaba, en la Santa Misa el viernes 18 por la tarde, con las conclusiones de este año de la Misericordia, al que añadíamos la historia de la Institución de la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo por parte del Santo Padre el Papa Pío XI en 1925. Al inicio de la Vigilia, el sábado 19 por la noche, comentábamos un artículo del Excelentísmo Sr. Dr. Raúl Berzosa Martínez, Obispo de Ciudad Rodrigo, en el que señala cómo algunas corrientes filosóficas habían influido en la cultura y en la humanidad, especialmente a finales del siglo XIX y primeros del XX. Corrientes que han pretendido negar a Dios para amar al hombre (Feuerbach), la justicia (Marx), la vida (Nietzsche), el progreso o la ciencia (Comte, Carnap y Foucault) entre otros, contribuyendo a crear un desorden de valores que desestimaban instituciones como la Iglesia o la monarquía. Por ello argumentábamos que proclamar a Cristo Rey venía siendo una llamada de atención que la Iglesia hacía para no perder de vista los valores del Reino de Dios que aparecían eclipsados en el horizonte del creyente. A pesar de ser una solemnidad relativamente reciente en la Iglesia en realidad la realeza de Cristo es un aspecto bastante subrayado en la Sagrada Escritura: Salmos y profecías, la Anunciación, el Nacimiento, Bienaventuranzas, parábolas, los relatos de la Pasión,… señalan evidentemente el Reino de Dios.
Sabiéndonos entonces súbditos de tan Soberano Señor, no debemos resolver el misterio de la vida enmarcándolo sólo en el segmento comprendido entre el vivir o el morir, sino que tenemos que plantearnos resolver si vivir para sí mismos o vivir para Cristo (Rm 14,7-9). Vive para sí mismo quien en sí mismo tiene el propio principio y el propio fin, encerrado, egocéntrico, buscando su propia satisfación al margen de la comunidad o del prójimo, vive incluso sin perspectivas de eternidad. Vive para el Señor quien vive confiando en su Divina Providencia, bajo su atenta mirada, quien se deja amar por él, para su gloria, para su Reino, el mismo que procura construir desde y en la Iglesia, concretamente en la Comunidad a la que ha sido llamado.
Por la mañana, el domingo 20, antes de la reserva eucarística, en la meditación estuvimos contamplando el INRI, el cartel que escrito en latín, griego y hebreo nos sigue informando y confirmando, aún hoy, que el poder, el saber y el creer adquieren su verdadero sentido únicamente clavado encima del trono de la Cruz, desde donde reina el bendito crucificado. San Agustín y Teofilacto explican el significado y la lectura espiritual del INRI: el latín es la lengua del pueblo romano, del imperio, del poder; el griego es la lengua del pueblo de la filosofía, del pensar, del saber; el hebreo es el lenguaje del pueblo que Dios elige para revelarse, el pueblo que cree y espera. Exhortábamos a los miembros de la comunidad a ofrecerle al Señor el homenaje de nuestra respuesta por medio de la fe, de nuestra inteligencia, capacidades y habilidades. Todo puesto al servicio de Nuestro Soberano Señor sin olvidar que servir es reinar.
Durante la homilía de la Santa Misa a medio día, contemplábamos las expresiones de los tres crucificados del Calvario. Deteniéndonos ante las actitudes de cada malhechor junto a la regia respuesta de Jesús “…hoy estarás conmigo en el Paraiso.” (Lc 23, 43). Destacábamos los adverbios hoy y conmigo con el propósito de actualizar nuestro estar con el Señor. El conocido como buen ladrón experimentaba un dolor fecundo que produce su conversión. Sabía medir el valor del bien y del mal, reconocía sus propias culpas, estando en la orilla de la muerte descubría la voz de Dios. Era un pecador pero no un fanático. Su alma seguía estando entera e incorrupta. En medio del terrible dolor de la cruz había aprendido a olvidarse de su cuerpo para reconstruir su vida. Aunque el dolor cierra el alma haciéndola incapaz de comprender el dolor de los demás, el buen ladrón supo salirse de su tragedia para examinar, conocer y comprender a Jesús. Buceando en su alma y en la verdad, va sintiendo la paz del sacrificio del Calvario hasta suspirar por ese reino: “Acuérdate de mi cuando estés en tu reino” (Lc 23, 42). Admirable la sencillez de sus palabras, admirable su ausencia de ambiciones, admirable su vertiginosa fe. Como comenta Bossuet, un moribundo ve a Jesús moribundo y le pide la Vida; un crucificado ve a Jesús crucificado y le habla de su Reino; sus ojos no perciben sino cruces pero su fe se representa un trono. Journet nos decía que quien ame a Jesús en el tiempo será amado por Jesús en la eternidad. El verdadero premio que Jesús promete al buen ladrón no está en la palabra Paraiso sino en la palabra Conmigo. Santo Tomás de Aquino argumentaba que en cuanto a la recompensa, puede decir (el buen ladrón) que ya está en el paraiso, porque ya ha empezado a disfrutar de la divinidad de Cristo. El compromiso que pedíamos a todos los presentes era el de ser fieles a ese Reino prometido, una convocatoria para perfeccionar y mejor creer incluso estando en situación de dolor, de la decepeción o desilusión. Venga tu Reino, suena bien en un pueblo que lleva el título Real (Olías del Rey). La familia oliera es también en buena parte familia operaria. Transmitíamos entonces a los feligreses los saludos del Director General y Director Regional para España a la misma vez que agradecíamos la generosidad y dedicación de tantos fieles durante tantos años para con el seminario.
En la Hora Intermedia, antes de la imposición de sotana, hacíamos aún eco de este agradecimiento ya que muchos de los asistentes han atendido de manera particular a estos nuevos seminaristas como si fuesen de su familia. Agradecíamos a los jóvenes seminaristas la respuesta a la vocación como Operarios del Reino de Cristo, enunciando algunos puntos de la exhortación apostólica Pastores Dabo Vobis les hacíamos ver cómo éste no era un paso aislado sino que formaba parte de un inicio que poco a poco irá exigiendo en cada uno de ellos un crecimiento y una madurez en el propio proceso vocacional. Estos jóvenes estudian en primer curso, dos de ellos colaboran en el coro, otro en la pastoral vocacional y otro en el acompañamiento a los enfermos; además ejercen su trabajo en sacristía, mantenimiento, carpintería y limpieza. La sotana les recuerda a ellos el morir a las cosas de este mundo, mientras que a la sociedad le recuerda que aún hay alguien que desea entregarse a Dios. El convecimiento interno es el que debe dar sentido de lo que se lleva puesto. Los seminaristas fueron encomendados a Nuestra Santísima Madre, la Virgen de Guadalupe.
En la meditación vespertina, presentábamos a manera de conclusión unas reflexiones inspiradas en la pintura El Expolio de Domenikos Theotokopoulos El Greco, quien recibía en 1576 el encargo de pintar el despojo de las vestiduras de Nuestro Señor para la sacristía de la Catedral Primada; de manera que suscitase la devoción al sacerdote que se revistía para asitir al sacrificio del altar. Esta obra maestra presenta tambien a los dos ladrones y la imagen del Redentor con la impronta de su realeza. Transmitíamos además el mensaje del Director General, Pbro. Lic. Antonio Gómez Elisea, con las indicaciones de preparación al vigésimo quinto aniversario luctuoso de nuestro fundador, el Padre Enrique Amezcua Medina, así como al centenario de su nacimiento. El buen ánimo de los Operarios Seglares nos dejaba tambien la lectura de una carta que habían redactado para los seminaristas. Hemos recibido además los saludos de otras dos comunidades CORC: Ntra. Sra. de la Laguna en Bogotá, Colombia y los Santos Mártires Japoneses en Civitacchia, Italia. Estas comunidades han celebrado la Vigilia donde los Operarios Seglares han realizado su consagración al Sagrado Corazón.
Han sido sin duda alguna estas fiestas más que un recuerdo devoto, fiesta de oración, de celebración litúrgica y de convivencia familiar.
Todo sea para mayor gloria y honor de Dios.
Pater Noster Adveniat Regnun Tuum