Siguiendo las huellas de nuestro fundador
Padre Enrique Amezcua Medina
Peregrinación a Tepalcatepec
19 de marzo de 2018
Siguiendo las huellas de nuestro fundador hemos llegado al encuentro con el P. Enrique niño.
Nuestra visita a Tepalcatepec el lunes 19 de marzo, solemnidad de San José ¨padrino de bautismo del P. Enrique¨, ha sido una verdadera bendición de Dios.
Nacido en Colima el 11 de diciembre de 1918, fue bautizado en la parroquia de la Merced, ese mismo día, con el nombre de José Enrique Amezcua Medina. A los dos años regresaron a Tepalcatepec donde residieron y nacieron el resto de hermanos.
Nuestra llegada a Tepalcatepec fue justo para la celebración de la Eucaristía recibiéndonos el P. Javier Cortés, sacerdote diocesano y párroco, el P. Pedro Enrique Amezcua Núñez, O.R.C., que vino expresamente de EE.UU. para este evento, y multitud de feligreses, familiares y amigos de nuestro fundador.
Presidió la Eucaristía el P. Esteban Alcocer González, Director General de nuestra Confraternidad y concelebramos, además de los ya nombrados, los padres Miguel Ángel Herrero Pascual, José Sánchez Ramírez, Martín Ramírez Pichardo, Martín Becerra Gaytán y Gilberto Baldovinos Mendoza.
Al comienzo de la celebración el P. Pedro Enrique hizo la presentación de los Operarios a la comunidad parroquial y una breve semblanza del P. Enrique Amezcua, sobre todo de su estancia en esta población, anécdotas, y el encuentro con San José Sánchez del Río, siendo ambos niños y que se produjo en esta población.
En la homilía el P. Esteban nos habló de San José, pidiendo su intercesión para que a ejemplo de nuestro fundador “nos permita vivir más intensamente el espíritu de entrega sacerdotal y los anhelos que siempre tuvo en su corazón: el amor a Cristo, a María y a la Iglesia, el trabajo por las vocaciones, el dar sacerdotes a la Iglesia, el fomento de la vida comunitaria, la disponibilidad misionera, en una palabra, el trabajo por la extensión del Reino de Cristo en el mundo, especialmente en las diócesis más necesitadas de clero.
Nos relató diversas anécdotas del niño Enrique en esta población:
- La protección del “Santo Niño” ante la caída de un caballo.
- “La celebración de la Misa”, teniendo como feligresas a sus hermanas menores.
- Los deseos de ser sacerdote.
- “La casulla” que su tía Margarita, religiosa, le envía desde España para esas celebraciones.
- Las visitas de Mamá Anita al obispo de Cuernavaca, su tío Francisco González, y los encuentros que como niño tenía con el secretario del Obispo, Don Manuel Pío López, que llegó a ser Obispo y, según expresión del P. Enrique, cofundador de la Confraternidad.
- Y uno de los encuentros que más marcaron la vida del P. Enrique, con José Luis Sánchez del Río, el santo niño mártir de Sahuayo.
Continuó el P. Esteban con un breve recorrido desde los 15 años del P. Enrique, cuando entra en el Seminario, alguno de sus sueños premonitorios, y la celebración del segundo cantamisa el 16 de julio de 1944 en Tepalcatepec, puesto que el primero lo hizo en Montezuma, Nuevo México. Resaltando su ordenación sacerdotal el 10 de octubre de 1943, cuando al recibir el cáliz en sus manos experimentó la misericordia divina y pronunció en su interior: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el Cáliz de la Salvación e invocaré su nombre (sal. 115, 2)” y añadió: “Y trabajaré toda mi vida para que haya muchos sacerdotes que levanten el Cáliz de la Salvación”
Una vez terminada la celebración eucarística pasamos al almuerzo ofrecido por el párroco a sacerdotes y familiares directos del P. Enrique: Dª. Ma. Socorro Núñez Cuñada del P. Enrique y madre del P. Pedro Enrique, algunas hijas de ésta y sobrinos del P. Enrique.
Fue una velada de recuerdos, testimonios, anécdotas…
Conocimos la casa en ruinas donde vivió su niñez el P. Enrique y el lugar donde tuvo el encuentro con el niño mártir.
Son muchos los frutos espirituales…
Pedimos al P. Enrique que interceda por nosotros para que el Señor nos bendigas con abundantes vocaciones sacerdotales, seglares, misioneras, hermanos y contemplativos, así como familias cristianas, que como la suya, den abundantes frutos para la Iglesia
Miguel Ángel Herrero P.
Subdirector General O.R.C.