SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PERDÓNANOS Y SÉ NUESTRO REY
SIGUIENDO LAS HUELLAS DE NUESTRO FUNDADOR
SEMINARIO MAYOR EN QUERÉTARO, QRO. MEXICO
Como no podía ser de otro modo, el seminario mayor del Sagrado Corazón de Jesús, de los Operarios del Reino de Cristo en México se engalanó y puso un gran énfasis en ubicar la presencia y la espiritualidad del Padre Enrique centrada en el Corazón de Cristo, escuchando sus palabras: sean sacerdotes y seminaristas según Su Corazón.
Así, los superiores del Seminario prepararon un triduo de esta celebración, era imposible que en un solo día se abarcara la riqueza de su presencia y mensaje.
De este modo, el día 16 de noviembre nos presidió la santa Misa Mons. Faustino Armendáriz, obispo de la diócesis de Querétaro, quien en su homilía nos invitó a conocer, profundizar y amar cada día más la espiritualidad, haciendo hincapié en textos que nos dejó el Padre Enrique en su Testamento Espiritual. Con una celebración eucarística muy preparada en lo litúrgico y con unos cantos bellamente interpretados y que invitaban a la oración por nuestros seminaristas, se vivió un momento de oración y encuentro con Cristo en profundidad.
Posteriormente, el Sr. Obispo inauguró un pequeño museo donde se presentaron algunos objetos del padre Enrique como cálices, casullas, fotografías y otros objetos que nos ayudaron a comprender mejor su figura sacerdotal.
El sábado se invitó a los fieles, amigos y bienhechores a un Acto Mariano, donde los seminaristas alabaron y entonaron cantos a nuestra Madre del Cielo, devoción clave en la formación del futuro sacerdote, ya que han de tener a la Virgen María como intercesora pero también como apoyo en la Evangelización que como sacerdotes deben tener.
Este día culminó con un espectáculo de un mariachi de jóvenes.
El domingo se inició con una plática que el Padre José Sánchez compartió sobre la figura del Padre Enrique en la que lo presentó como sacerdote, como obediente, un hombre de fe que escuchó la voz de Dios de sus superiores y de otras personas que le hablaron en nombre de Dios, además de su biografía que culminó con un testimonio de un sobrino, hijo de su hermana menor (Ana María Amezcua) que nos acompañó.
Posteriormente, el Padre Esteban Alcocer, Director General, presidió la Santa Misa solemne dominical con gran presencia de fieles, amigos, bienhechores y comunidades religiosas que nos acompañan en nuestro caminar: Misioneras marianas, Inmaculada Concepción de Castres, Carmelitas de San José, Adoratrices perpetuas.
Fueron unas jornadas especiales que nos ayudaron a entender el gran amor que el padre Enrique manifestó por las vocaciones sacerdotales y por nuestro querido seminario del Sagrado Corazón de Jesús.
Sagrado corazón de Jesús, perdónanos y sé nuestro Rey.