Todos los formadores de nuestros seminarios recibieron la convocatoria para unirnos en una semana de reflexión partiendo del carisma y espiritualidad, pasando por el concepto de persona hasta la vivencia de los consejos evangélicos mediante el acompañamiento.
De los días 18 de julio hasta el viernes 22 el padre Quentin Hakenewert, S.M., sacerdote Marianista, con una gran pedagogía y profundidad espiritual nos estuvo acompañando en esta revitalización en nuestra misión de ayudar a los seminaristas y sacerdotes pero también en nuestro crecimiento personal en todos los aspectos de nuestra vida sacerdotal.
La Casa General Pater Noster fue el lugar de acogida y de convivencia fraterna entre todos, donde compartimos, rezamos, comimos, platicamos y nos sentimos corresponsables del caminar de la Confraternidad.
Damos gracias a Dios, al padre Quentin y a todos los que hicieron posible esta hermosa y fructífera semana, así como a quienes hicieron el esfuerzo de dejarlo todo y venir con este entusiasmo.
Todo para mayor gloria de Dios.