Los Santos Mártires Misioneros nos guían

Crónica de la fiesta de los Santos mártires Japoneses en Civitavecchia (Italia)

5 de febrero de 2017

Como todos los años, llegado el primer domingo de Febrero, celebrábamos en la Parroquia de los SANTOS MÁRTIRES JAPONESES de Civitavecchia (Italia), la fiesta patronal. Como siempre, la callada pero continua labor del Párroco P. Eusebio González y de su Vicario el P. Rafael Martínez fueron preparando junto con los  CORC seglares de la Parroquia, el coro y los diversos movimientos todo lo necesario para que como todos los años, resultara un evento hermoso.

 Así fue. Aunque el día se había levantado gris y con amenaza de lluvia, resultó un día «seco» que propició que todo resultara acorde con lo previsto.

A las 10 de la mañana llegábamos de Roma con Monseñor Alejandro Arellano que iba a presidir la Misa Mayor (ya que el Sr. Obispo no podía asistir por estar en recuperación de una operación), era notorio el trajín de todos los que con ilusión preparaban «todo»: el coro ensayando, las flores preciosamente colocadas, el mantel japonés adornando el altar mayor, los feligreses llegando poco a poco a la Iglesia y, en el interior….un bullir de gente buena ya con sus «uniformes» preparando la comida, los «antipasti», la macedonia… siempre con esa alegría al vernos y a pesar del mucho trabajo sin sombras de cansancio en sus caras.

Por tener reunión de embajadores europeos en Tokio, no pudieron estar los respectivos representantes diplomáticos en la ceremonia, pero ambas embajadas habían enviado a los Encargados de Negocios que representaron dignamente al Japón. También se encontraba una destacada funcionaria de la Embajada de México ante el Vaticano que por primera vez asistía a la fiesta y que quedó muy contenta y agradecida de la fiesta y de la atención prestada.

La misa, concelebrada por cinco sacerdotes fue hermosa, proclamándose las lecturas propias del domingo correspondiente y con una acertada y hermosa homilía de Monseñor Arellano que destacó la importancia de ser Luz y Sal de la tierra. Como siempre, el Coro de la Parroquia envolvió con sus cantos la hermosura de la Liturgia.

Al culminar la Eucaristía juntamente con muchas personas de la Parroquia (se calculaban en total unos 150 comensales) en los Salones Parroquiales y con el cariño y delicadeza con que nos tienen acostumbrados, los CORC seglares habían preparado un verdadero «pranzone» de mariscos y pescado. La alegría fue desbordante en las mesas. La Mesa principal con 17 comensales se fue animando especialmente en los postres hasta el punto que TODOS de una manera u otra tuvieron que cantar: en japonés, canciones mexicanas,  la ya famosa «salve Rociera» y hasta una tarantella napolitana que se le ofreció al edil representante del ayuntamiento de Civitavecchia. Fraternal y emotivo resultó todo el evento que se fue prolongando con los cafés y las «grappas», hasta la hora de la Misa vespertina.

Una vez más comprobamos el cariño que la Parroquia tiene a la Confraternidad y cómo el sentir Operario se ha ido difundiendo en los corazones de aquellos buenos parroquianos que han ido entendiendo, aceptando y amando a la Confraternidad, gracias al buen hacer de todos los sacerdotes CORC que ha pasado por esa bendita parroquia.

Ya, hasta la próxima cita en el mes de Mayo, la Peregrinación que los CORC seglares de Civitavecchia van a hacer a la Parroquia de Olías con la Cruz especialmente hecha por ellos y que cargarán desde Toledo al Seminario. Momento hermoso que esperamos con ilusión.  

SAGRADO CORAZÓN DE JESUS, PERDÓNANOS Y SÉ NUESTRO REY !!. 

Padre Antonio Abós Ara

Director Regional para España CORC

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