Por P. Prisciliano Hernández Chávez, CORC.
San Agustín decía que ”la fe de los cristianos es la resurrección de Cristo”(Enarración de los Salmos, Sal 120,6). De ésta no basta la convicción aceptable por el testimonio confiable de los Apóstoles , de sus seguidores y de los testimonios indirectos e incoherentes de sus enemigos, y de la experiencia de los místicos cristianos de todos los tiempos quienes han vivido esa experiencia de la inmediatez de Cristo que vive en la Eucaristía, en los pobres, en la Santa Escritura. Así : 1) Simón Pedro y Juan:“Al asomarse al interior (del sepulcro) comprobó (Juan el discípulo amado) que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro y observó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el lienzo que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó (Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos)”. (Jn20, 5-9);2)María Magdalena, primera testigo de Jesús Resucitado:”Entonces Jesús le dijo ¡María!. Ella se acercó a él y exclamó en arameo: ¡Roboní! (que quiere decir Maestro. ..María Magdalena se fue corriendo adonde estaban los discípulos y les anunció: He visto al Señor. Y les contó lo que Jesús le había dicho.”(Jn 20, 16…18). 3)A todos los discípulos, menos a Tomás: “Aquel mismo domingo, por la tarde, estaban reunidos los discípulos en una casa con las puertas por miedo a los judíos. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Y les mostró las manos y el costado. Los discípulos, se llenaron de alegría al ver al Señor.” (Jn 20, 19-20). 4)Encuentro con Tomás:”Le dijeron, pues, los demás discípulos : hemos visto al Señor. Tomás les contestó: Si no veo las señales dejadas en sus manos por los clavos y no meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado no creeré. Ocho días después, se encontraban de nuevo reunidos en casa todos los Discípulos de Jesús. Estaba también Tomás. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Después dijo a Tomás: acerca tu dedo y comprueba mis manos; acerca tu mano y métele en mi costado . Y no seas incrédulo, sino creyente. Tomás contestó:!Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo ¿Has creído porque me has visto? Dichosos los que han creído sin haber visto”(Jn 20, 25-29). Otras citas: Mc 16, 1 ss; Lc 24, 1ss; Mt 28,1 ss). 5) Jesús y Pedro 21, 15 ss. 6) Los soldados y las autoridades religiosas: el sepulcro custodiado, los guardias aterrados y sobornados: Mt 27, 62 ss;28,4; 28, 11-15. 7) El caso excepcional de san Pablo: su encuentro camino de Damasco y su conversión de perseguidor de cristianos en testigo de Cristo Crucificado y Resucitado, escándalo y signo de Dios para todo aquel que cree: “Porque yo les trasmití en primer lugar, lo que a mí a su vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, y que fue sepultado; que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Pedro y luego a los Doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que la mayor parte viven todavía, aunque algunos ya han muerto. Luego se apareció a Santiago , y más tarde a todos los apóstoles. Y después de todos se me apareció a mí como si se tratara de un hijo nacido fuera de tiempo. Yo, que soy el menor de los apóstoles, indigno de llamarme apóstol por haber perseguido a la Iglesia de Dios.” (1Cor 15,3-9). Este escrito es del año 56 o 57 de la era cristiana; habla de tradición posiblemente lo recibió cinco o seis años de la muerte de Cristo, hacia el el año 35, después de su conversión. 8) Sobre el encuentro con los discípulos de Emaús, diríamos para la segunda generación de cristianos:”El les dijo: -¿Qué es lo que vienen conversando por el camino? Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: -¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días? El les preguntó:-¿Qué ha pasado? Ellos contestaron: – Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. ¿No sabes que los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres decían pero a él no lo vieron. Entonces Jesús les dijo: -¡Qué torpes son para comprender,, y qué duros son para creer lo que dijeron los profetas. ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria? Y empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas les explicó lo que decían de él las Escrituras. Al llegar al pueblo a donde iban, Jesús hizo además de seguir adelante. Pero ellos le insistieron diciendo:-Quédate cono nosotros, porque es tarde y está anocheciendo. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado…” (Lc 24, 17-32). Este texto merecería un comentario aparte. Nowen ve en este pasaje la estructura de la misa.
Sobre el encuentro de Jesús resucitado con su Madre Santísima la tradición es unánime: al buen entendedor, pocas palabras, así San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales; hablan de este encuentro místicas que tuvieron esa gracia como María de Jesús de Ágreda, de la orden de la Concepcionistas fundadas por Santa Beatriz de Silva, en su obra “la Mística Ciudad de Dios”, que por cierto, aquella anduvo en el norte de México evangelizando sin salir de su convento de España e incluso la Inquisición le fincó proceso, porque siendo de Clausura, como es que andaba fuera y en otra nación y la beata Ana Catalina Emmerich que solo se alimentaba de la comunión; sin estar en Tierra Santa, describió esos santos lugares y la vida de Jesús, entre otros, su pasión y resurrección, dando detalles que los evangelistas no consideraron importantes, y que nos completan y aclaran mucho para nosotros.
La Iglesia ha vivido de esta fe por más de dos milenios. Es importante destacar la liturgia de la Vigilia Pascual, Vigilia de bautizados y renacidos de Cristo muerto y resucitado. Se usa el lenguaje de los símbolos tan elocuentes en la noche pascual, noche del misterio de la Resurrección del Señor. 1) La liturgia de la Luz de Cristo: fuego nuevo, Cirio pascual, velas de los fieles, el pregón pascual: la luz terrena es reflejo de la luz divina, entendida como signo real de Cristo. Las tinieblas quisieron sofocar esta Luz-Cristo mismo con la muerte; pero fracasaron, porque la Historia desde Cristo Resucitado es de la Verdad y del Amor. El vive y es invencible, a pesar de la ciencia parcelada que impide la visión de la totalidad. Newman decía: “Oh Dios, tú, solo tú, puedes iluminara la oscuridad”. Dios sabe que pasamos por cañadas oscuras de la vida; el ha encendido su “Luz de Cristo”, ante lo cual tenemos que decir “demos gracias a Dios”. El es nuestra Llama viva y nos hace ser su luz para prolongar su verdad y su amor. Por eso recibimos el Cirio , luz de amor, luz de verdad, luz de vida. No a los lamentos por las tinieblas de los que aman más la oscuridad, porque sus obras son malas. 2)Las lecturas bíblicas que recalcan los hechos significativos y su cumplimiento de la Historia de la salvación que continúa con nosotros hasta la parusía o la segunda venida triunfal del Señor: creación del mundo, sacrificio de Abrahán, El Éxodo, el paso del Mar Rojo. En los textos de Isaías, Baruc y Ezequiel, se nos habla de la misericordia y amor de Dios, de la Promesa de una Alianza perpetua, el caminar en la Ley y Luz de Dios, el Anunció de una Nueva Alianza. En la carta a los Romanos, san Pablo nos habla del simbolismo del Bautismo y el Evangelio de san Mateo, Proclama la Resurrección del Señor, Jesucristo. Palabra de Dios que ha de ser interiorizada para entender y cumplir en nuestra vida el designio y proyecto de amor de Dios. Este proyecto da horizonte a la vida plenamente humana que se transforma en divina. 3)El agua: se introduce el Cirio por tres veces en el agua; es el Sol de Justicia Cristo Jesús inmolado y glorificado quien le da el dinamismo del Espíritu Santo, para ser torrente de vida: agua esplendorosa y llena de vida para dar la nueva vida. Agua que recuerda la fertilidad del Paraíso. El ser humano por este baño santo, renace a una nueva vida, el agua del Templo que alegra la ciudad de Dios, agua que brotó del Costado de Cristo. 4) El pregón pascual o el Exultet- “Alégrese” o los aleluyas: a veces la racionalidad pone sus límites y nos impide el júbilo franco y exuberante del canto bello que traspasa nuestra alma y nos hace pregustar el gozo eterno de la gloria; por eso el canto tiene que ser jubiloso y proceder del corazón de los que recuperan nuevamente la vida y la Vida Eterna. 5) El pan y el vino trasformados en el Cuerpo y la Sangre de Jesús quien renueva su misterio de muerte y resurrección, que es el misterio de su amor total, presencia real del que fue inmolado, vive para siempre y nos es cercano hasta ser nosotros Él mismo: actualiza y prolonga Cristo su vida de resucitado en nosotros.
Finalmente, no es posible seguir viviendo como si Cristo no hubiera resucitado. A través de la oración silenciosa y constante se nos tiene que revelar para “sentir su presencia como Viviente. “Tocarlo” en la forma de adoración amorosa y silenciosa. Mejor, dejarse tocar por Él, en ese sumergirse en el Beso y en el Abrazo de la persona divina Amor, el Espíritu Santo. Ponerse en “camino”, siendo Jesús el inicio , el medio y la meta, Alfa y Omega de la vida. Así la vida cristiana, es vida de resucitados.