Siguiendo las huellas de nuestro fundador
Padre Enrique Amezcua Medina
Peregrinación a Sahuayo, Michoacán
5 de febrero de 2018
Atendiendo a la necesidad de la Confraternidad de conocer y profundizar en la figura del Padre Enrique Amezcua Medina, nuestro fundador, y del que celebramos el centenario de su nacimiento, el Padre Esteban Alcocer González convocó a la confraternidad para seguir las huellas del mismo. Nada como pisar y tocar los lugares que marcaron su formación y la experiencia espiritual y pastoral. No podíamos dejar la ciudad de Sahuayo, lugar donde nació y fue martirizado el joven San José Luis Sánchez del Río.
Hasta esta ciudad de Sahuayo nos dirigimos sacerdotes, seminaristas y laicos cercanos a la confraternidad para sentir la cercanía del mártir que nos enseñaría que de él aprendió el padre Enrique a amar a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, siendo valientes en el momento de dar testimonio de la fe ante los demás, incluso entregando su propia vida, así lo hizo el niño mártir de Sahuayo y así lo hizo también San Felipe de Jesús, de quien celebramos en México su martirio siendo así el primer mártir mexicano.
Iniciamos una peregrinación rezando el santo Rosario, partiendo de la Parroquia del Sagrado Corazón hasta la parroquia de Santiago Apóstol, escuchando cómo las personas que veían la peregrinación también se unían en la oración y manifestaban la alegría de ver cómo San José Sánchez del Río congregaba personas que venían de otros lugares a encontrarse con su paisano.
El santo Rosario se iba intercalando con cánticos de alabanza a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, hasta que nos encontramos en la entrada de la parroquia, donde se inició la procesión de entrada, con un nutrido grupo de personas y algunos familiares de nuestros sacerdotes de Sahuayo.
El Padre Esteban presidió la santa misa, donde pidió oración por los familiares enfermos de sacerdotes, también los enfermos de la comunidad y para pedir al Señor la abundancia y santidad de las vocaciones sacerdotales, seglares, religiosas y contemplativas de la Confraternidad.
En la homilía el Padre Esteban recordó el relato que el mismo padre Enrique hizo de su encuentro con el niño mártir cuando pasando por Tepalcatepec, su lugar de origen se acercó a conocer al mártir y terminaron haciendo un compromiso: yo voy a rezar siempre por ti y tú vas a rezar siempre por mí. Después de estrechar las manos se despiden. José Luis le dice al Enrique (niño de 9 años): ahora sí, hasta pronto o hasta el cielo.
Dicho encuentro lo marca en su vocación sacerdotal, en su preocupación por buscar vocaciones, en su amor y devoción a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe y en su entrega total al proyecto de Dios en su vida.
Finalmente, compartimos los alimentos en la casa de las Madres Adoratrices Perpetuas de Cristo Sacramento, apoyados por la familia del Padre Héctor Padilla. A quienes agradecemos y oramos por ellos.
Fue una jornada de oración, reflexión y contemplación de este misterio de amor que llega hasta derramar su sangre y seguir manifestando el amor y misericordia de Dios hacia el prójimo.
La siguiente peregrinación será en Tepalcatepec. Queremos acercarnos al lugar donde el padre Enrique aprendió sus primeros conocimientos intelectuales, pero también espirituales. Iremos acompañados en esta ocasión por San José, quien desde su bautismo forma parte de su historia y espiritualidad.
ORACIÓN PARA PEDIR LA INTERCESIÓN DE
SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO
Señor Dios que otorgaste
la palma del martirio a
San José Sánchez del Río,
al profesar y defender
con su sangre la fe
en Cristo Rey del universo.
Concédenos por su intercesión,
alcanzar la gracia de ser como él,
fuerte en la fe,
seguros en la esperanza,
y constantes en la caridad.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén