IMPULSANDO EN LOS JÓVENES LA VOCACIÓN SACERDOTAL

Jóvenes, Fe y Vocación

Por: Rafael Salgado Sánchez

El Seminario de Operarios del Reino de Cristo en Olías del Rey, participó en las undécimas Jornadas de Pensamiento Católico, en torno al tema: Jóvenes, fe y vocación, al centenario del nacimiento del Cardenal Don Marcelo González Martín, donde se propuso tamaña figura eclesial para que a la luz de sus reflexiones y su preocupación por la juventud se abordara el tema que ocupará a la Iglesia en el próximo sínodo.

Es menester destacar en estas breves lineas, la capital importancia del P. Enrique Amezcua Medina, que al estar en plena sintonía de pensamiento con Don Marcelo, hermanaron ideales e intercambiaron mutua y providencial colaboración en la formación de los futuros sacerdotes de la Iglesia, ya que en ambos existía la constante preocupación por la juventud y el ardiente celo por las vocaciones al sacerdocio.

Aunque el hilo transversal de las conferencias sobre los jóvenes fue: el discernimiento vocacional, la transmisión de la fe, y, la educación y la evangelización. Me parece de capital importancia rescatar: fe como fuente del discernimiento vocacional, tema sintético, expuesto por D. David Sánchez quien a través un sutil análisis realista explicaba la situación actual de la fe, los jóvenes y cómo atender desde el discernimiento vocacional. De manera resumida habló de cómo: la fe se encuentra en crisis por el relativismo teológico donde la Verdad y el Bien han sido sustituidos por el sentimentalismo religioso que da paso a las nuevas espiritualidades que ponen en decadencia la fe. Por otra parte, a través de un estudio estadístico se analizó la realidad de los jóvenes, destacando los siguientes resultado: los jóvenes valoran; la familia, que los escuchen, desaprueban realidades; como el terrorismo, la violencia a la mujer, no obstante aprueban cosas como; el aborto, eutanasia o la adopción gay, también es menester destacar que consideran a la iglesia como; institución poco confiable, y donde no se tratan temas de relevancia. Finalmente se logra ver en las estadísticas que los jóvenes observan la necesidad de algún tipo de cambio, aunque la mayoría no sabe cómo abordarlo. Así pues debe afrontarse la realidad evitando pesimismos antropológicos, considerando a los jóvenes como hijos de su tiempo, los cuales deben afrontar sus miedos y dudas con la herramienta del “discernimiento vocacional” que reconociendo sus sentimientos, interpretándolos a la luz de la Sagrada Escritura puedan elegir de manera sabia su vocación, abriendo a la llamada, al compromiso, todo esto con el acompañamiento del director espiritual quien debe transmitir confianza y unir al joven con la persona de Cristo, pues el Guía Espiritual prepara para el encuentro con el Señor, de ahí que los pastores deban tener disponibilidad, ser responsables, escuchar con paciencia.

Modelo de pastor cercano que prepara y guía a los jóvenes para el encuentro con Cristo, fue el Cardenal Don Marcelo, según nos exponía el Obispo de Córdoba Don Demetrio Fernández González en su conferencia: “Jóvenes fe y vocación. Don Marcelo nos prepara para el próximo sínodo” quien fue un gran impulsor de la fe, de los jóvenes y del Seminario, dándonos las pautas para abordar el tema de “los jóvenes, fe y la vocación” en su carta pastoral de 1973 Seminario Nuevo y Libre, donde manifiesta su profundo amor a la Iglesia y sostiene con firmeza la necesidad de los sacerdotes para que puedan suscitar más fieles laicos en la Iglesia ya que en el origen Cristo puso como base y columna vertebral la Comunidad Apostólica, de ahí que el sacerdocio sea un ministerio esencial que renueva la esperanza de los laicos. Por lo tanto Don Marcelo plante que es necesario para afrontar la calamitosa situación de desaliento en el seminario, originada por la crisis post-conciliar, el recuperar la disciplina, fomentar una espiritualidad sólida, educar en certezas, y punto clave donde hacía hincapié era: “el celibato sacerdotal”, porque este tema afecta el corazón del joven y puesto en duda es la fuente principal de descenso de vocaciones al sacerdocio; por lo tanto la certeza que hay que transmitir con claridad es determinante para el florecimiento de vocaciones, tal es: “El amor a Jesucristo que fundamenta y justifica el celibato sacerdotal”. Finalmente Don Demetrio hizo especial mención de cómo el Cardenal Marcelo dio cobijo al Padre Enrique Amezcua Medina para formar a los futuros sacerdotes de la Confraternidad Operarios del Reino de Cristo.

Así pues conectando con un el dato histórico recordemos cómo el P. Enrique buscaba en Roma una sólida formación para sus seminaristas y sólo encontró turbulencia en los Seminarios y Universidades debido a la crisis post-conciliar. También se encontrará con la misma situación en el seminario de Ávila España, al cual había recurrido debido a su profunda admiración por los místicos españoles y Don Vasco de Quiroga oriundo del lugar y primer obispo de Michoacán, y del mismo modo tal dificultad se extendía en muchos otros seminarios de España, aunque exceptuando con énfasis el Seminario de Toledo, pues ahí fue donde encontró cobijo para sus Seminaristas y futuros sacerdotes ORC, ya que un sacerdote de Madrid comentó al P. Enrique sobre Don Marcelo. El P. Enrique acudió a él, se entrevistó y le expuso su deseo de formar a seminaristas ORC de manera firme y sólida. Tanto el fundador CORC con el Cardenal de Toledo se encontraron en plena sintonía de ideales y proyectos respecto a la formación sacerdotal, pues así como Don Marcelo ponía como fundamento el amor al Corazón de Jesucristo para la sólida formación del seminarista, el P. Enrique por su parte fundamentaba la espiritualidad de la Obra sacerdotal  Operarios del Reino de Cristo en la misma base, que se pone de manifiesto en palabras expresadas por Don Marcelo en una carta enviada al P. Enrique a propósito del Testamento Espiritual: “Veía realizarse en ella [la Confraternidad ORC] algo por lo que yo había suspirado toda mi vida: la formación sacerdotal Según el Corazón de Cristo”. Así se renovó el Seminario de Toledo como lo proponía el Concilio Vaticano II, teniendo como base la Carta Pastoral Seminario Nuevo y Libre que manifiesta la novelad del Evangelio y la verdadera libertad del seguimiento de Cristo. Desde 1972 con la primera generación de seminaristas, los Operarios del Reino de Cristo contribuyeron a que no se cerrara el seminario de Toledo por falta de vocaciones y hoy en día siguen recibiendo una sólida formación teológica en  Seminario de San Ildefonso de Toledo, a cien años del nacimiento de esta gran figura eclesial Don Marcelo González Martín, conmemoramos a quien supo forjar un Seminario digno de responder a la exigencia post-conciliar, formando sacerdotes según el Corazón de Cristo; a quien ha sido una persona clave para que la Confraternidad Operarios del Reino de Cristo pudiera florecer y dar sacerdotes para la Iglesia.

Autor entrada: SGCORC